Y por menos, además te arreglan el ordenador y te instalan lo que quieras en él.
Este tipo de anuncios proliferan por las marquesinas de autobuses de ciudades, mucho cuidado con esto.
Primero, estamos dejando nuestro ordenador en manos de un desconocido del que no tenemos referencias. Teniendo acceso físico al ordenador se pueden hacer demasiadas maldades sin el conocimiento del usuario.
Dejar el ordenador a un desconocido que nos ofrece cometer un delito por 30€ no genera la confianza necesaria para permitirle el acceso a un sistema donde luego se accederá a cuentas de correo, bancarias, etc.
Un falso antivirus, un troyano que permita al técnico acceder posteriormente en remoto a la máquina sin que el usuario reciba ninguna alerta y… La receta del desastre servida.
Segundo, y no menos importante, las redes WiFi gratis no existen más allá de las que ofrecen bares, quioscos o autobuses urbanos, con su baja velocidad y limitaciones en ciertos servicios como el visionado de vídeos, etc.
Que un extraño venga a casa a instalarnos WiFi gratis implica un presunto delito de revelación de secretos, Artículo 197 del Código Penal, castigado con hasta 4 años de cárcel por conectarse a la red WiFi de un vecino. Recordad que desconocer las leyes no exime de su cumplimiento y estaréis siendo cómplices, cuando no instigadores, de esa revelación de secretos.
Y tercero, usando «gratis» la conexión WiFi de un vecino os exponéis no solo a una denuncia, sino a que tenga un amigo informático que le asesore y se aproveche de vuestros escasos conocimientos para liárosla parda.
No todos los que roban la WiFi a un vecino tienen la suerte de esta pareja de abogados (aquí la segunda parte de la historia)