El CDN de Telefónica NO rompe la neutralidad de la red

Escribo esto a raíz de este artículo en El País y este otro en Público que imagino que han redactado a partir de alguna noticia de agencia y usan el sensacionalismo en lugar de documentarse en condiciones.

Telefónica comienza a ofrecer un servicio de CDN (Content Delivery Network) para los proveedores de contenidos como Google, Facebook… o cualquier otra empresa que quiera contratarlo.

Esto para ambos medios es el fin de la neutralidad de la red, para ellos se trata de una red «VIP»…

Voy a tratar de no ser muy técnico para que todos podamos entender como funciona la red, que es una CDN y por qué estas no rompen la neutralidad de la red.

Internet está conformada por millones de nodos interconectados.

Dichos nodos puede ser los routers de nuestro proveedor de acceso que tenemos en casa, switches, servidores, etc.

Cuando desde Madrid (pon aquí la ciudad en la que vives), en nuestro navegador web escribimos www.facebook.com, nuestra máquina pregunta a los servidores de DNS la dirección IP de esa URL que hemos escrito, algo como 69.171.224.39 que es la dirección que identifica a www.facebook.com en la red.

Esto es como querer llamar a Paco (Facebook) y tener que mirar la guía telefónica (DNS) para saber que teléfono debemos marcar (dirección IP)

Una vez que nuestro navegador web sabe a que IP debe dirigirse, comienza el viaje por Internet, de nuestro ordenador a nuestro router (sea wifi o no), de nuestro router al enlace con el primer nodo de nuestro proveedor, que al ver que es una IP de Norte América, nos deriva a otro nodo de nuestro proveedor que enlaza con nodos internacionales.

Este nodo nos envíe a otro nodo en Londres o Amsterdam que es por donde pasan las grandes redes de fibra óptica transoceánica, este otro nodo internacional envía nuestra petición hasta Nueva York, de ahí pasamos por otros 3-4 nodos ya en suelo estadounidense, hasta llegar a un nodo en Seattle que finalmente entrega nuestra petición a los servidores web de Facebook, que nos devuelve la información necesaria para ver la página en nuestro ordenador.

Este proceso puede suponer que desde Madrid a Seattle hayamos pasado por unos 20 nodos de Internet.

Cada nodo, en función de lo saturado de peticiones de los millones de usuarios que tiene la red, tarda más o menos en tramitar nuestra petición, desde 1 milisegundos que tarda nuestro router en recibir la petición, a los 30-40 milisegundos, hasta los 200-300 milisegundos que tardan los nodos internacionales mucho más cargados de trabajo.

(Estos datos son de ahora mismo probando con mi conexión ADSL de Movistar contra www.facebook.com, pueden variar dependiendo de la web que queramos cargar y el proveedor de acceso que tengamos).

La suma final de tiempos es de 2.300 milisegundos, es decir, que la petición ha tardado 2.3 segundos en llegar a Facebook.

Si repetimos el proceso con un diario nacional como www.elmundo.es que tiene sus servidores en España, tenemos que en lugar de tener que pasar por 20 nodos, pasamos por apenas 5 nodos con un tiempo total de 223 milisegundos, 0,223 segundos

Aclarado el concepto de los nodos, ¿que es una CDN?

Una CDN es una red de servidores distribuidos en diferentes localizaciones (ciudades, países) que contienen copias de datos de otros servidores (www.facebook.com por poner un ejemplo).

Cuando un servicio de contenidos como Facebook hace uso de un servicio de CDN, lo que logra es que los datos que antes nos costaban 2.3 segundos en ir pasando por los 20 nodos de la red hasta llegar a ellos en sus servidores de Estados Unidos, se conviertan en muy pocos al estar la copia de los datos en un servidor que está en el mismo país desde el que te estás conectando.

Si extrapolásemos esto al mundo real, es como si Facebook abriese una oficina filial en España. Si quieres ir a verles, tardas menos en llegar a su filial en España que tener que ir hasta Estados Unidos a su sede central.

De hecho hay muchas empresas que hacen uso de redes CDN, que esto no lo ha inventado Telefónica…

Existen empresas con servidores repartidos por todo el mundo formando CDN muchísimo más grandes que la que está poniendo en marcha Telefónica, la más conocida es Akamai cuya CDN usa desde hace mucho tiempo www.elpais.com.

¿Por qué esto no rompe la neutralidad de la red?

El concepto de neutralidad en la red es que toda la información que circula por ella tiene el mismo valor y no se prioriza el tráfico de un proveedor de contenidos sobre el resto.

Volviendo a extrapolarlo al mundo real, todos podemos caminar por las calles sin que nadie tenga prioridad de usar una acera sobre el resto de caminantes, si alguien nos mandase parar para que pasase antes otra persona, entonces si que se estaría rompiendo la neutralidad.

Pero en este caso, la CDN no estaría parando a unos para dejar pasar a otros, tan solo se limita a acortar la distancia entre el usuario y el destino al que va a solicitar datos (una web, su email, etc)

Esto tampoco significa que al final Telefónica se salga con la suya y consiga que los proveedores de contenidos como Google o Facebook tengan que pagar obligatoriamente por usar sus redes como se menciona en estas noticias.

Telefónica está ofreciendo un servicio de proximidad a los proveedores de contenidos, por el que obviamente tendrán que pagar si voluntariamente deciden contratarlo.

¿Que gana un proveedor de contenidos usando un servicio de CDN, sea el de Telefónica, Akamai, Level 3, Edegecast o cualquiera de las decenas de CDN disponibles en el mundo?

Gana proximidad al usuario, las webs cargan más rápido y se mejora la experiencia de uso.

Gana que reduce el consumo de ancho de banda de sus servidores centrales

Gana que ante posibles incidentes en sus servidores centrales, las webs se seguirán sirviendo (como ejemplo el caso de la web del PSOE cuando fue atacada hace meses mediante un ataque de denegación de servicio, los servidores centrales sucumbieron pero la web siguió en marcha gracias a que usan la CDN de Akamai).

Resumiendo, que ambas noticias son falsas, totalmente sacadas de contexto buscando el sensacionalismo con una falta de conocimientos y rigor periodístico terribles.

Bonus:

Si eres usuario del ADSL de Movistar notarás que por las tardes la carga de los vídeos de Youtube es infinitamente más lenta.

Eso es debido a que el ancho de banda que tiene Movistar contratado contra Youtube es muy bajo, y cuando mucha gente trata de conectarse a ver vídeos, la red se satura y se vuelve lenta.

Un truco para mejorar la velocidad de carga es cambiar los DNS de tu proveedor de ADSL por estos de RedIris:

193.145.66.2

193.146.141.130

Resulta que Google está instalando de manera gratuita servidores en lugares como RedIris y diferentes ISP para montar una especie de CDN propio que mejore la experiencia de uso de sus servicios (incluyendo Youtube)

Al usar estos dos DNS de RedIris, al hacer una petición a Youtube, nuestra solicitud será enviada al servidor que Google ha instalado en RedIris en España en lugar de a los servidores centrales de YouTube, con lo que la carga de los vídeos mejora de una manera brutal.

 

Tu operadora móvil sabe donde estás, con o sin smartphone

Ojiplático llevo un par de días con las noticias sobre que los teléfonos iPhone con iOS 4 y los Android están registrando en un archivo todos nuestros movimientos.

Lo que realmente me tiene boquiabierto son las reacciones por parte de la gente, dolida y vulnerada en su intimidad, como si eso fuese algo nuevo.

Cierto que algunos argumentan que cualquier malware podría hacer uso de esos archivos de registro para… nadie sabe decirme muy bien que…

Normalmente estos malwares tienen más predilección por robarnos usuarios y claves almacenados en el teléfono o llamar y enviar sms a números de tarificación especial…

Seguro que algún amigo de lo ajeno puede sacar partido de estos datos, siempre y cuando tengamos rooteado el móvil Android (de lo contrario no se puede acceder al archivo famoso) y no estoy seguro de si en el caso de iPhone debe estar hecho el jailbreak para acceder a estos datos.

Sea como fuere, conversando en Twitter con varias personas de este tema, todos desconocen que su operadora móvil está registrando varias veces por minuto su posición, fecha y hora de la misma y actividad, es decir, llamadas que se reciben, se envían, sms, conexiones a internet… y las guardan durante un año.

Esto no lo hacen por placer, hay una directiva (2006/24/CE) dictada por la Unión Europea en 2006, tras los atentados terroristas de Madrid y Londres que obliga a las operadoras a registrar esos datos y retenerlos.

Y esto es independiente de que tengas un smartphone Android, iPhone o el modelo más simple de Nokia o Alcatel que comprases 10 años atrás.

En teoría esta información solo es accesible por las autoridades, en 2009 la policía española solicitó datos de más de 56.000 llamadas desde teléfonos móviles y 9.000 conexiones a internet según datos de la propia Comisión Europea.

¿Cuales son las medidas de seguridad dentro de las operadoras para restringir el acceso a esta información?

¿Quien está viendo realmente donde estás y lo que haces?

¿Se entregan los datos a cualquier policía que los solicite sin una orden judicial? (tranquilos, hace falta orden judicial, artículo 6 párrafo 1 Ley 25/2007 de conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y a las redes públicas de comunicaciones)

Aun no he visto a nadie en Twitter, Facebook o Blogs haciéndose estas preguntas que si se hizo el militante del Partido Verde Alemán Malte Spitz, solicitó a la justicia alemana que Deutsche Telekom le entregara todos los datos que tenían sobre él.

El resultado fue una base de datos con más de 35.000 registros que cubrían todos sus movimientos del 31 de Agosto de 2009 al 28 de Febrero de 2010, 6 meses, 181 días, una media de 193 registros diarios.

El resultado se puede observar sobre un mapa en la edición on-line del diario alemán Zeit. (Entrad a verlo y pinchad en el botón de Play que hay justo debajo del mapa).

Dejo un par de preguntas en el aire.

1.- ¿Estás preocupado por toda esta información almacenada en teléfonos móviles o en tu operadora?

2.- Si la respuesta a la anterior pregunta es SI, ¿Usas Foursquare, Google Latitud, Facebook Places o cualquiera de las decenas de herramientas para móviles que exponen en tiempo real tu posición?

Actualización:

Como bien me dicen he dejado un tema sin tocar, Google asegura que la información que recolecta del usuario es totalmente anónima, no está asociada a una línea o usuario como en el caso de los datos que registran las operadoras.

Entiendo que Apple hace lo propio, aunque estará bien ver la respuesta que envíen al congresista americano que les ha escrito para que aclaren este tema.

Declaración de Independencia del Ciberespacio

Esto lo dijo hace 15 años John Perry Barlow en el Foro Económico de Davos… No podía estar más de actualidad

Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos.

No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.

Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son gobernados. No habéis pedido ni recibido el nuestro. No os hemos invitado. No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No penséis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.

No os habéis unido a nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera de vuestras imposiciones.

Proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolvereremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.

El Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una quieta ola en la telaraña de nuestras comunicaciones. Nuestro mundo está a la vez en todas partes y en ninguna parte, pero no está donde viven los cuerpos.

Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.

Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo.

Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Se basan en la materia. Aquí no hay materia.

Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés propio, y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos poder construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que estáis tratando de imponer.

En Estados Unidos hoy habéis creado una ley, el Acta de Reforma de las Telecomunicaciones, que repudia vuestra propia Constitución e insulta los sueños de Jefferson, Washington, Mill, Madison, DeToqueville y Brandeis. Estos sueños deben renacer ahora en nosotros.

Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, de las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia de aquél sobre el que las alas baten.

En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos estáis intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no funcionarán en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.

Vuestras cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas proponiendo leyes, en América y en cualquier parte, que reclamen su posesión de la palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita ser realizado por vuestras fábricas.

Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma situación en la que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros “yos” virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.

Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.

Davos, Suiza. 8 de febrero de 1996